El invierno es una época del año compleja la cual puede afectar la salud y el bienestar de los caballos, especialmente si viven al aire libre. El frío, la humedad, el viento y la nieve pueden provocar problemas respiratorios, digestivos, musculares y articulares graves,
Es por eso que resulta tan importante tomar algunas medidas para proteger a nuestros caballos del frío y condiciones adversas. Para cuidar su salud, aquí te contaremos cómo puedes cuidar a los caballos del frío.
Ajusta su alimentación
Tabla de contenidos
Los caballos necesitan más energía para mantener su temperatura corporal cuando hace frío, por lo que debes aumentar la cantidad y calidad de su forraje. Dales de comer heno de buena calidad, que sea rico en fibra y que les ayude a generar calor interno y a prevenir cólicos.
También puedes complementar su dieta con concentrados o suplementos que aporten vitaminas, minerales y grasas esenciales. Añadir un poco de calorías extras a través de frutas como las manzanas, también es gran idea para darles más energía y permitir que su cuerpo compense la caída de la temperatura corporal.
Una fuente de agua fresca
El agua es vital para la hidratación y el funcionamiento del organismo de los caballos. Lo malo es que muchos de ellos beben menos en invierno ya sea porque el agua está muy fría o congelada. Esto puede causar deshidratación, estreñimiento y cólicos.
Para evitar los efectos de la deshidratación, debes asegurarte de que tu caballo tenga acceso a agua limpia y fresca durante todo el día. Incluso, si la región es muy fría, puedes tratar de calentar el agua un poco o añadirle un poco de sal para estimular su consumo.
Protégelo de las condiciones climáticas
El viento, la nieve y la lluvia pueden reducir la capacidad aislante del pelaje de los caballos, haciendo que pierdan calor y se resfríen. Incluso pueden llegar a acumular humedad la cual puede causar problemas como hongos e infecciones en la piel, además, de enfermedades relacionadas con el frío.
Por ello, los expertos recomiendan que tu caballo tenga un refugio donde pueda resguardarse del mal tiempo. Este refugio puede ser un establo, una cuadra o una caseta, incluso puede ser un edificio vacío o un granero. El refugio debe estar limpio, seco, ventilado y protegido de las corrientes de aire. Si se puede aislar térmicamente, mucho mejor.
Abriga al caballo si es necesario
Los caballos tienen un mecanismo natural para adaptarse al frío, su pelaje. Dicho pelaje se vuelve más largo y denso, creando una capa de aire que los aísla del exterior. Aunque hay casos en los que este mecanismo no es suficiente como en los caballos ancianos, enfermos, esquilados o acostumbrados a vivir en climas cálidos.
En dicha situación, puedes abrigar a tu caballo con una manta adecuada a su tamaño, peso y nivel de actividad. La manta debe ser impermeable, transpirable y resistente, además, debes de revisarla con frecuencia para evitar que se ensucie, se rompa o le cause rozaduras a tu equino.
Cuida la higiene del caballo
La higiene es fundamental para prevenir enfermedades e infecciones en los caballos, especialmente en invierno. Debes cepillar a tu caballo a diario para eliminar el polvo, el barro y los parásitos que puedan alojarse en su pelo. Toda esta suciedad puede afectar la capacidad aislante de su pelaje.
También debes limpiar sus cascos y revisar sus herraduras, ya que el hielo y la nieve pueden acumularse entre ellos y causarles lesiones. También se recomienda cortar el pelo de las orejas, las patas y la cola para evitar que se mojen y se enfríen lo cual puede causar congelamiento en las extremidades y con ello, lesiones graves.
Ejercita a tu caballo
El ejercicio es beneficioso para la salud física y mental de los caballos, los ayuda a mejorar su circulación sanguínea, su tono muscular, su digestión y su estado de ánimo. Es por eso que debes mantener una rutina de ejercicio adecuada a las condiciones climáticas y a la condición física de tu caballo.
Durante el invierno, evita los cambios bruscos de temperatura, las superficies resbaladizas o irregulares, con nieve o hielo y los ejercicios demasiado intensos o largos. Antes de montarlo, recuerda que el caballo necesita calentar con ejercicios suaves. Después de montar, déjalo enfriar gradualmente y realiza ejercicios de estiramiento.
Vigila la salud del caballo
Por supuesto que es crucial cuidarla salud del caballo durante la temporada de frío. Recuerda que el invierno puede favorecer la aparición de enfermedades respiratorias, articulares, inmunológicas o metabólicas, además, de la aparición de infecciones y lesiones.
Debes estar atento a cualquier signo de malestar o anomalía en tu caballo. Observa su comportamiento, si come como lo hace siempre, si bebe agua e incluso, en su estado de ánimo. También puedes pedirle al veterinario que se dé una vuelta para ver cómo está el caballo y hacerle un check up veterinario.
Protege al caballo de los parásitos
Los parásitos internos y externos pueden afectar la salud de los caballos, sobre todo en invierno, cuando el sistema inmunitario puede debilitarse. Los veterinarios indican que debes desparasitar a tu caballo regularmente con productos antiparasitarios adecuados a su edad, peso y estado de salud. Al menos, esto para los parásitos internos.
También debes mantener limpio el entorno donde vive el caballo, eliminando las heces, el heno sobrante y cualquier otro residuo que pueda atraer a los parásitos externos. Esto también ayudará a que el pelaje no se vea afectado reduciendo así el riesgo de aparecer lesiones, congelamiento o perder la capacidad aislante del mismo.
Dale cariño y atención
El invierno puede ser una época difícil para los caballos, que pueden sentirse solos, aburridos o estresados por el frío y el confinamiento. Por eso, debes dedicarles tiempo y atención, dándoles caricias, masajes, juegos y premios.
Así, mejorarás su bienestar emocional y reforzarás el vínculo entre ambos. Recuerda que la parte anímica puede jugar un papel muy importante en su salud. Si tu caballo se siente triste, es mucho más probable que se enferme, caso contrario si siente tu calidez y atención.