Los Caballos y el Calor

Los Caballos y el Calor

Los caballos son animales que pueden adaptarse a diferentes condiciones climáticas, pero también son sensibles a los cambios bruscos de temperatura y a las altas temperaturas. El calor excesivo puede provocar estrés térmico, deshidratación, golpes de calor, entre otras complicaciones.

Cada uno de estas consecuencias puede afectar el rendimiento, bienestar y salud del caballo en general. Por eso, es importante conocer las formas en las que el calor afecta a los caballos y cómo podemos prevenir y aliviar sus efectos.

¿El calor varía dependiendo de la raza?

Algunas razas son más tolerantes al calor que otras debido a sus características genéticas, morfológicas y fisiológicas. Por ejemplo, las razas orientales como los árabes o los akhal-teke tienen una mayor capacidad para regular su temperatura corporal y sudar eficientemente.

Por el contrario, las razas nórdicas como los frisones o los shetland tienen una menor adaptación al calor y sufren más sus efectos. Por eso, se debe tener en cuenta la raza de los caballos a la hora de elegir su alimentación, su alojamiento y su actividad física. Además, de considerar su pelaje, grosor, densidad, etc.

Formas en las que afecta el calor a los caballos

El calor puede impactar y afectar a los caballos de muchas formas. Según veterinarios, estas son las principales:

  • Altera el equilibrio hídrico y electrolítico de su cuerpo

Los caballos pierden agua y sales minerales, así como electrolitos, a través del sudor, la respiración y la orina. Si no se reponen adecuadamente, pueden sufrir de deshidratación, así como de desequilibrios en distintos minerales y electrolitos cruciales para su cuerpo.

Por ejemplo, puede sufrir de bajo nivel de sodio en la sangre, bajo nivel de calcio y bajo nivel de cloro en la sangre. Esta descompensación puede causar debilidad, calambres, arritmias cardíacas y shock.

  • Aumenta la frecuencia cardíaca y respiratoria

Los caballos intentan disipar el calor mediante la vasodilatación y la evaporación del sudor. Esto implica un mayor trabajo del corazón y los pulmones que deben bombear más sangre y oxígeno a los tejidos.

Si el calor es muy intenso o prolongado, los caballos pueden sufrir taquicardia, sufrir un aumento anormal de la frecuencia respiratoria e incluso padecer de respiración rápida y superficial.

  • Reduce el apetito y la digestión

Los caballos tienden a comer menos cuando hace calor, lo que puede provocar pérdida de peso, falta de energía y deficiencias nutricionales. Además, el calor puede alterar el funcionamiento del aparato digestivo

El que se altere la digestión puede fomentar la aparición de cólicos, diarreas, úlceras gástricas y laminitis o inflamación de las láminas que unen el casco con el hueso del pie.

  • Afecta el sistema inmunológico y reproductivo

El calor puede debilitar las defensas de los caballos haciéndolos más vulnerables a las infecciones bacterianas, virales y fúngicas.

También puede interferir con el ciclo reproductivo de los caballos, disminuyendo la calidad del semen en los machos y la fertilidad en las hembras. Además, de aumentar los riesgos durante el embarazo en las yeguas.

¿Cómo combatir el calor en los caballos?

combatir el calor en los caballos

Para reducir los efectos negativos del calor en los caballos se pueden tomar las siguientes medidas:

  • Proporcionar agua fresca y limpia a libre disposición

Los caballos pueden beber entre 30 y 60 litros de agua al día cuando hace calor, por lo que es importante que tengan acceso constante a una fuente de agua potable. Se debe revisar el estado del agua con frecuencia y cambiarla si está sucia, caliente o contaminada.

  • Una dieta equilibrada y sana

Los caballos deben recibir una dieta rica en fibra, proteína y vitaminas que les aporte la energía y los nutrientes necesarios para mantener su salud. Se debe evitar el exceso de carbohidratos y grasas, que pueden generar más calor durante la digestión. También se debe suplementar con electrolitos si hay pérdidas importantes por el sudor o deshidratación.

  • Acondicionar el ambiente donde viven los caballos

Los caballos deben tener un lugar donde resguardarse del sol directo, ya sea una sombra natural o artificial. Se debe evitar que estén expuestos al sol entre las 10:00 y las 16:00 horas, que son las más calurosas del día. También se debe procurar que haya una buena ventilación e higiene en el establo.

  • Adaptar el ejercicio físico a las condiciones del clima

Cuando haga mucho calor, los caballos deben realizar una actividad física moderada que les ayude a mantener su forma y su salud. Se debe evitar el ejercicio intenso o prolongado, ya que puede provocar deshidratación, agotamiento y golpe de calor.

¿Cómo reducir el calor dentro del establo?

Para controlar el calor dentro de la casa del caballo, se pueden usar sistemas de aislamiento térmico como techos altos, materiales reflectantes o aislantes que impiden que el calor entre o salga del establo.

También se pueden usar sistemas de ventilación natural o artificial que renuevan el aire y eliminan el exceso de calor y humedad. Además, se puede modificar el diseño del establo, evitando una iluminación excesiva o una sobrepoblación de animales.

Puedes optar por colocar ventanas o huecos de ventilación en el techo que ayuden a que el aire entre y se distribuya por el establo. Si este móvil, puedes cambiarlo de sitio a uno con mayor sombra o donde el impacto del sol sea menos intenso o mucho más corto.

¿Cómo controlar el calor del ambiente?

Para controlar la temperatura exterior, primero comienza por revisar cómo serán las condiciones climáticas del día. Te recomendamos hacerlo por hora prestando atención a las horas de mayor calor como de 11 am a 4 pm.

Si vas a sacar tu caballo fuera del establo, es importante hacerlo en un sitio donde el sol no impacte de lleno. También debes de cuidar que en el exterior haya una fuente de agua abundante, limpia y fresca.

Además, puedes optar por el uso de ventiladores y aspersores que permitan crear corrientes de aire fresco para el caballo. Incluso algunos caballos disfrutan mojarse durante los días de calor, eso sí, debes cuidar esto para evitar la formación de hongos en la piel.